Pamplona y San Fermín

No hace falta jugarse la integridad física para disfrutar de los San Fermines. En Ikusnahi nos encargamos de que los veas desde un balcón. Basta con vestir de blanco, lucir un pañuelo rojo… y abandonar la cama temprano. Hacemos una incursión mañanera en Pamplona para disfrutar de las mejores horas de la fiesta que enamoró Ernest Hemingway.

Early bird gets the worm

No te vamos a engañar. Hay que madrugar (y madrugar mucho) para ver uno de los espectáculos más audaces, genuinos y espectaculares del planeta (sí, del planeta). Te recogemos prontito y tras una hora de viaje (en la que aprovecharemos para ponerte al tanto de las tradiciones locales y de lo que nos deparará la mañana) llegaremos a la universal ciudad de Pamplona.

Pompelon & Estrabon

Vamos con un poco de historia: Pamplona fue fundada por romanos, bautizada como Pompelon y, según Estrabón, se convirtió en “la ciudad más importante del pueblo de los vascones”. Por ella pasaron visigodos y musulmanes hasta que, tras la Reconquista y ya en la Edad Media, fue la capital del Reino de Navarra (España no existía todavía como país). En algún momento del siglo XX, Hemingway pasó por aquí, bebió vino, mucho vino y… ya te contaremos el resto durante el desayuno en el apartamento con vistas al encierro, ¿ok? 

‘Calm’ before sunrise

Antes de eso, nada más llegar, veremos algunas de las calles de la parte histórica de Pamplona y conoceremos parte del recorrido por el que discurrirán los famosos encierros. Te podemos asegurar que el ambiente en Pamplona en los minutos previos al amanecer es mágico, mezclándose la gente que se retira tras una noche de juerga y los que amanecen corriendo delante de una manada de toros bravos. 

Churros after encierro

Tras el encierro, visitaremos el recorrido completo, desde los corrales de Santo Domingo (donde comienza la carrera) hasta la plaza de toros: media milla de infarto que pasa por muchos lugares icónicos como la hornacina de San Fermín (sí, donde le cantan al santo con los periódicos enrollados), la propia cuesta de Santo Domingo, la plaza del Ayuntamiento o la peligrosa curva de Estafeta. ¿Más atractivos? ¿Qué tal una ración de churros crujientes acompañados de espeso, caliente y delicioso chocolate en un café típico pamplonica? 

Mountain highway

Poco después de las 11 de la mañana, regresaremos a San Sebastián. Algunos, prefieren echar una ‘siesta’. Otros, disfrutar de las vistas de una de las escasas ‘autovías de montaña’ de Europa.