Bilbao City y Guggenheim

Bilbao no es una ciudad más. Es LA ciudad. Lo dicen sus habitantes, los bilbaínos, que la adoran sobre todas las cosas y la llaman cariñosamente ‘la capital del mundo’ o ‘el botxo’ (que significa ‘el agujero’). Así es Bilbao, una urbe dinámica, bromista, excitante, grandilocuente que se reinventó hace casi 30 años gracias a la apertura del museo Guggenheim Bilbao. 

Rumbo al Botxo

Saldremos pronto para Bilbao y lo haremos por una autopista típicamente vasca, la mítica A-8, caracterizada por sus curvas, túneles y viaductos, una experiencia 100% Basque Country. En apenas una hora nos dejará a las puertas de Bilbao pero esquivaremos la gran ciudad para acercarnos a Getxo, una villa singular con muchos atractivos. 

Único en el mundo

Uno de ellos es descomunal, gigante y único, una mole metálica que lleva más de 100 años hermanando las dos orillas de la ría.  Se trata del Puente Bizkaia, más conocido como el ‘puente colgante’ por los locales, es una obra de ingeniería única: fue el primer puente transbordador del mundo con estructura metálica y uno de los pocos que siguen prestando un servicio imprescindible a los vecinos. Se puede subir a lo más alto para recorrer su pasarela panorámica. Sí, lo haremos. Subiremos a lo más alto.  

Hay un chiste que destaca cuán humilde fue Jesucristo, el Hijo de Dios, que pudiendo haber nacido en la ciudad más bella del mundo (Bilbao) lo hizo en Belén. Cuando este chiste se puso de moda, Bilbao era de todo menos una ciudad hermosa: una megaurbe industrial con una cortina perpetua de humo, cielos nublados y una ría de color chocolate. Guarda esta imagen en tu cabeza porque el Bilbao actual que vas a conocer es radicalmente distinto, una ciudad renacida y reinventada en toda regla. 

Old Part, New Pintxos

Conoceremos el Casco Viejo de Bilbao, su parte más antigua y sabrosa. Es ahí donde se encuentran los principales hot spots de pintxos tradicionales, su Plaza Nueva, un gran surtido de comercio tradicional único en la ciudad y calles típicas y únicas. Las Siete Calles recorren el antiguo esqueleto medieval de Bilbao, de ahí los estrechos cantones por los que, por supuesto, pasearemos. 

El mercado más grande de Europa

El broche final al paseo lo encontraremos en el Mercado de la Ribera, una especie de barco varado junto a la ría en el que los bilbaínos llevan siglos comprando el mejor género gastronómico: verduras de las huertas vascas, carne, pescado capturado hace unas horas… El mercado tiene, además, un record Guinness: es el mayor mercado cubierto de Europa.  

El museo que lo cambió todo

El museo Guggenheim Bilbao es mucho más que un simple edificio: es una locomotora que, en los años 90, fue capaz de mover toda una ciudad que trataba de adaptarse a los nuevos tiempos tras su pasado industrial. El lugar en el que hoy se levanta el museo fue, hace 30 años, un muelle de carga repleto de naves industriales, grúas y contenedores. Conoceremos el edificio (y sus alrededores) en profundidad, saludaremos al perro Puppy, y descubriremos las claves de su arquitectura y su éxito. 

Un lugar tan inspirador y vanguardista como el Guggenheim es capaz de transformar todo aquello que toca. La gastronomía de la ciudad es una de esas cosas que el museo dinamizó, motivando a toda una generación de cocineros a salir de su zona de confort y liderar una revolución gastro que experimentaremos en nuestros paladares. 

En las entrañas del titanio  

No hay mejor sobremesa que acceder a las entrañas del Guggenheim, conocer todos sus recovecos (no hay dos salas iguales), perderse a través de la serpiente de Richard Serra o disfrutar con la exposición temporal del momento. Contarás con tiempo libre para disfrutar de sus grandes obras y descubrir algún que otro secreto.